Una jubilada fue asesinada en Ezeiza, y la familia denuncia que la zona está “liberada”. El cuerpo de Mirta, de 73 años, fue hallado en el sótano de su casa, con signos evidentes de violencia y las manos atadas. La brutalidad del crimen ha dejado a la comunidad en estado de shock y ha desatado una ola de indignación por la falta de acción inmediata de las autoridades.
La familia de Mirta, que no contaba con abogado, ha expresado su frustración ante la demora en la realización de la autopsia, que aún no se ha llevado a cabo. “No sabemos cómo murió”, exclamó uno de sus hijos, quien también cuestionó la versión oficial que sugiere que la mujer padecía cirrosis, una afirmación que la familia niega rotundamente. “Mi madre estaba bien, no tenía ninguna enfermedad”, insistió.
La situación se complica aún más por la falta de pruebas y el manejo ineficaz de la escena del crimen. Testigos revelan que la policía levantó el cadáver sin la debida diligencia, lo que podría comprometer la investigación. “¿Por qué no sellaron como tenían que hacerlo? ¿Qué están escondiendo?”, se preguntó otro familiar, visiblemente angustiado.
El crimen ha suscitado temor en el vecindario, donde se rumorea que hay un clima de impunidad. La familia solicita justicia inmediata y exige respuestas sobre la muerte de Mirta. “Queremos saber por qué apareció sin vida en el galpón”, afirmaron, mientras la comunidad se une en un clamor por esclarecer este horrendo asesinato. La presión sobre las autoridades crece, y la exigencia de justicia se hace cada vez más fuerte.